¿Estás en ese momento de tu vida en el que quieres dar un giro de 180 grados y no sabes por dónde empezar?

Normalmente, por no decir siempre, las cosas son más sencillas de lo que parecen, pero nos complicamos mucho haciendo que nuestros objetivos sean muy difíciles de alcanzar. Es verdad que queremos ver los cambios YA, pero los cambios no funcionan como comprar un e-book en un clic. Es un proceso de aprendizaje constante.

Has de tener en cuenta que durante muchos años hemos adquirido unos hábitos que hemos incorporado por repetición. Así que tenemos que desaprender lo aprendido para poder adquirir estos nuevos hábitos que queremos en nuestra vida. Esto requiere tiempo y dedicación. Pero hay algo mucho más importante que uno necesita para poder incorporar un nuevo hábito, y es estar seguro de que hoy queremos ese nuevo hábito en nuestra vida. ¿Y cómo podemos saberlo? Cuando queremos incorporar un nuevo hábito, es imprescindible saber para qué lo queremos conseguir. Muchas veces queremos cambiar hábitos y realmente no sabemos el para qué. Esto hace que el proceso sea más complicado porque no hay un fundamento que sostenga el hábito que queremos incorporar.

Vamos a poner un ejemplo:

Quiero cambiar mi manera de alimentarme y quiero comer más sano.

• ¿Qué significa comer más sano para mí?

• Para mí, comer sano es alimentarme de aquellos alimentos que me den energía de una forma saludable. Comer sano, para mí, es darle al cuerpo una calidad máxima de nutrientes y además que me llenen de felicidad.

• ¿Para qué quiero comer más sano? (finalidad)

• Es una forma de agradecer a mi cuerpo por todo lo que hace por mí, desde la parte interna (todos los órganos que trabajan sin darme cuenta) como todas mis extremidades que me ayudan a moverme, agarrar, saltar, etc.… Mi cuerpo necesita combustible para poder tener suficiente energía para poder trabajar en mis objetivos, así que quiero darle la calidad ++ de combustible.

Una vez que sepas para qué quieres conseguir este nuevo hábito, será más fácil adquirirlo porque hay un fundamento que sostiene el movimiento que vas a realizar.

Como he comentado antes, el cambio de un hábito no es algo que se cambia de forma instantánea, es un proceso de aprendizaje. Por eso es muy importante que no te pongas metas largas. Aunque esto depende de cada persona, es preferible ponerse una meta pequeña, no importa lo pequeña que sea, ha de ser algo que sea fácil de conseguir, con el fin de darte motivación y el impulso que necesitas para seguir.

Te dejo un ejemplo:

Siguiendo el ejemplo anterior, quiero alimentarme de forma más saludable, pero me cuesta mucho mantenerla en el tiempo.

• Consejo es: empieza por un desayuno saludable. De esta manera, comenzarás el día con energía y sobre todo con motivación.

• Otro consejo es preguntarte cada día, ¿Qué puedo hacer hoy para tener una alimentación más saludable? La respuesta variará para cada persona. Es importante saber que no todos somos iguales y que tanto nuestros procesos como objetivos son muy diferentes. No te enfoques en el objetivo, céntrate en lo que eres capaz de hacer hoy, y hazlo de la mejor manera, con mucho amor y cariño.

No te centres en los fallos, céntrate en los progresos que has dado. No importa si has avanzado mucho, poco o te has mantenido en el mismo nivel que ayer. Hay que tener en cuenta que cuando uno quiere cambiar hábitos, empiezan a revolverse las emociones y a veces esto lo hace más complejo. En estos procesos de cambios hay que darse mucho amor y respetarse. Hay hasta momentos en que uno siente que ha retrocedido. A veces parece que uno ha retrocedido, pero uno está pasando por una situación igual, pero desde una perspectiva diferente.

No te rindas, y cada día da un pasito hacia tu meta y cuando menos te lo esperas ya lo habrás cumplido.

«Somos lo que hacemos día a día. De modo que la excelencia no es un acto sino un hábito” Aristóteles. – Filósofo griego.